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jueves, 25 de noviembre de 2010
Sevilla - La Cartuja
Aún más bonita era la luz que había el otro día en la Cartuja a las 18:44; esta fotografía no es más que una aproximación. 24mm, 1/160, f. 2.8
Si no recuerdo mal, que no recuerdo mal, el sol se pone casi el linea con la entrada de la Cartuja, ocultandose mas o menos tras la Giralda (en invierno), lo que dota al color albero del zaguan de entrada de ese tono dorado tan rico, tan complementario a la de la vieja puerta repujada de hierros forjados, haciendola tan absolutamente verosimil, tan entrañable como el calorcillo que a esas alturas hasta se agradece. Parece mentira la de sensaciones que tan solo la temperatura del color puede/no puede evocar en no sé que parte del cerebro, provocando todas esas sensaciones. Cojonudamente orquestada, si señor.
llevo años sin ir a zevilla, no se porque sera, pero habra que hacer tripas corazón, porque si voy buscare algo como esto... vaya luz y vaya color, esa mancha blanca medio amarillenta de la pared... menuda visión, y menudos contrastes entre el fino de esta y las texturas de la puerta...
Como dice Antonio esta es una de esas fotos que nada más poner la vista en ella uno sabe que temperatura hacia en el momento de tomarla y lo agustito que se tenía que sentir el afortunado que pillara sombrita para refrescar el gaznate. Bueno unas cervecitas tampoco vendrían mal. Una delicia para los sentidos.
Ese sol se agradecía, aunque en Sevilla ese día (14 de Noviembre) aún hacía buen tiempo, ahora creo que ya ha llegado el invierno (allí es muy suave).
Lo que dice Paco lo comprendo. En toda Andalucía se tienen sentimientos muy contradictorios hacia los sevillanos (no hacia Sevilla); en muchos sitios no pueden ni verlos (Málaga especialmente, jiu, jiu). Se sienten el centro del mundo (Sevilla lo fue hace muchos años, es cierto).
Me alegro que os guste, ya sabéis que no me prodigo con el color.
Pues cuando publicas en color, es que flipo, ya han comentado todo, Paco, es color y calor; calidez y sobriedad; composición y equilibrio. Una pasada Un abrazo
24mm, 1/160, f. 2.8
Si no recuerdo mal, que no recuerdo mal, el sol se pone casi el linea con la entrada de la Cartuja, ocultandose mas o menos tras la Giralda (en invierno), lo que dota al color albero del zaguan de entrada de ese tono dorado tan rico, tan complementario a la de la vieja puerta repujada de hierros forjados, haciendola tan absolutamente verosimil, tan entrañable como el calorcillo que a esas alturas hasta se agradece.
ResponderEliminarParece mentira la de sensaciones que tan solo la temperatura del color puede/no puede evocar en no sé que parte del cerebro, provocando todas esas sensaciones.
Cojonudamente orquestada, si señor.
llevo años sin ir a zevilla, no se porque sera, pero habra que hacer tripas corazón, porque si voy buscare algo como esto... vaya luz y vaya color, esa mancha blanca medio amarillenta de la pared... menuda visión, y menudos contrastes entre el fino de esta y las texturas de la puerta...
ResponderEliminarabrazos
Como dice Antonio esta es una de esas fotos que nada más poner la vista en ella uno sabe que temperatura hacia en el momento de tomarla y lo agustito que se tenía que sentir el afortunado que pillara sombrita para refrescar el gaznate.
ResponderEliminarBueno unas cervecitas tampoco vendrían mal.
Una delicia para los sentidos.
Ese sol se agradecía, aunque en Sevilla ese día (14 de Noviembre) aún hacía buen tiempo, ahora creo que ya ha llegado el invierno (allí es muy suave).
ResponderEliminarLo que dice Paco lo comprendo. En toda Andalucía se tienen sentimientos muy contradictorios hacia los sevillanos (no hacia Sevilla); en muchos sitios no pueden ni verlos (Málaga especialmente, jiu, jiu). Se sienten el centro del mundo (Sevilla lo fue hace muchos años, es cierto).
Me alegro que os guste, ya sabéis que no me prodigo con el color.
Pues cuando publicas en color, es que flipo, ya han comentado todo, Paco, es color y calor; calidez y sobriedad; composición y equilibrio. Una pasada
ResponderEliminarUn abrazo