A veces uno busca sin saber muy bien que busca. Mira tu la tontería, pero creo que me explico y hasta que me entendeis.
Lo típico es recrearse, extasiar, ante la belleza de los bosques que presentan su "cara bonita" a finales de octubre y casi todo noviembre... hasta que no queda una puñetera hoja en su sitio. Pero una vez que has retratado todo ello una y mil veces te das cuenta que la belleza no está (solo) en una imagen grandiosa, inabarcable con el mas amplio de los super angulares. No hace falta. Con un simple 50 mm. puedes dar un cómodo paseo, sin prisas y sin la obligación atormentante de pillar cacho... y es entonces cuando, sin premeditación, se te aparece el milagro. Y el milagro es la luz. Se nos olvida que nuestra única materia prima es eso, luz.
Y ahí empieza el espectaculo a poco sensible que uno sea. La luz, que un instante antes no existia, se hace presente con ese ángulo, ese que a través de no se que intríngulis rebota, traspasa, dora y dá volúmenes al otoño. Y con un simple gesto te has quedado con la esencia, con el alma diría, de toda la Naturaleza.
Nikkor 50 mm.
f/7,1 a 1/80" ISO 200
Lo típico es recrearse, extasiar, ante la belleza de los bosques que presentan su "cara bonita" a finales de octubre y casi todo noviembre... hasta que no queda una puñetera hoja en su sitio. Pero una vez que has retratado todo ello una y mil veces te das cuenta que la belleza no está (solo) en una imagen grandiosa, inabarcable con el mas amplio de los super angulares. No hace falta. Con un simple 50 mm. puedes dar un cómodo paseo, sin prisas y sin la obligación atormentante de pillar cacho... y es entonces cuando, sin premeditación, se te aparece el milagro. Y el milagro es la luz. Se nos olvida que nuestra única materia prima es eso, luz.
Y ahí empieza el espectaculo a poco sensible que uno sea. La luz, que un instante antes no existia, se hace presente con ese ángulo, ese que a través de no se que intríngulis rebota, traspasa, dora y dá volúmenes al otoño. Y con un simple gesto te has quedado con la esencia, con el alma diría, de toda la Naturaleza.
Nikkor 50 mm.
f/7,1 a 1/80" ISO 200
Así es, Antonio.
ResponderEliminarSólo es cuestión de saber ver, pero también de saber traducir lo que ven tus ojos en lo que podrá ver la cámara. Este es el motivo de frustración con la fotografía de mucha gente, me refiero a que hay que aprender qué y cómo reproducurá la cámara lo que vemos.
El detalle que has recogido es precioso.
Un abrazo Antonio
Lo explicas perfectamente Antonio. Nuestra materia prima es la Luz, nuestro medio la sensibilidad emocional, lo de menos el chisme con el que afotamos.
ResponderEliminarEl problema viene cuando no se sabe ver esto y se nubla la vista y el juicio con la grandiosidad vacía. Y luego la frustración, como apunta Paco, cuando no se sabe interpretar esa grandiosidad de un paisaje.
A mi me parece que transmite sensaciones la foto que subes.
Fuerte abrazo Antonio