Quedan todavía de Dubrovnik unas cuantas fotografías decentes como para subir a La Colina. Pero con esta de hoy, me despido de Ragusa y prosigo marcha, dirección a Split.
Ando liado de trabajo, chavales, llego tarde y con pocas ganas de ná. Perdonadme las ausencias.
Tokina 12-24
12 mm
f/6,3
2/100 seg.
ISO 100
Fíjate que conocía la lente, por su excelente reputación, pero al ver tus fotografías cada día me gusta más por lo subjetiva que es; entiendo que esas distorsiones son más expresivas, y ricas fotográficamente, que el resultado de lentes muy corregidas ópticamente o de foco fijo.
ResponderEliminarLas condiciones lumínicas son hijoputescas, pero nada se te resiste Ángel.
Me gusta mucho. Un abrazo
Todas esas calles empinadisimas que salen de la parte derecha de la Stradum, conforme se viene del puerto, son un suplicio para las rodillas y para los fotometros. La luz, el sol, sale de pincipios de la calle y se pone al final, junto al algibe. por lo que las callecitas solo tienen luz al mediodia (solar, claro) y mientras presentan ese mismisimo ambiente que retratas, oscuro, sombrio, estrecho y con una pinta un tanto "amenazador" (luego no pasa nada).
ResponderEliminarY es que estoy disfrutando de tu serie de Dubrovnic en tanto que me sirven de recordatorio.
Volvería de buena gana, incluso con el calor que pasamos...
Un abrazo Angel,