Despacio, sin prisas, como deleitandose a cámara lenta, van pasando días, semanas, meses y años y uno -se nota- como que se va adormeciendo poco a poco, resignado, en ese lento transcurrir de la vida después de años y años de ajetreos, prisas, afanes y carreras tontas para, finalmente, llegar a la calma.
Decididamente somos una especie rara, no aprendemos de nuestros errores. Por mas que nos sepamos la letra no somos capaces de quedarnos con la música...
Nikkor 85 mm
f/3,5 a 1/160" ISO 200
Decididamente somos una especie rara, no aprendemos de nuestros errores. Por mas que nos sepamos la letra no somos capaces de quedarnos con la música...
Nikkor 85 mm
f/3,5 a 1/160" ISO 200
Es lo que me pregunto cada día, para qué connus tantas prisas, ¿para qué?, nos va la vida en ello, nos han vendido la estupidez de la profesionalidad y la excelencia del trabajo, y ahí estamos, pasando por el aro. Efectivamente, según avanza nuestra sociedad hacia fases de desarrollo superior, mucho peor.
ResponderEliminarEl retrato es cojonudo Antonio, qué gama de grises y especialmente esos desenfoques, son una maravilla, como aíslan al personaje, lo enmarcan y lo arropan suavemente.
Tengo la manía de afotar en manual, por eso te preguntaba, y es verdad que para temas de estos, mucho más "imprevistos", la prioridad resulta más eficiente. Supongo que mides en puntual, ¿no?.
Fuerte abrazo Antonio
El problema está en no llegar a envejecer o no saber envejecer, que también se da.
ResponderEliminarLa fotografía es excelente Antonio. El 85mm a esa abertura es insustituible: te da la distancia suficiente para no intimidar y guardar el anonimato, y permite aislar al sujeto del entorno.
Esa nitidez la subraya el contraste tan medido que has dado a esa edición.
La densidad del abrigo del Señor es sorprendentemente atractiva, me gusta que mimes todos esos detalles que habitualmente pasan desapercibidos.
Cojonuda (proclamo). Un abrazo
Que nitididez... si casi se puede palapar la textura de la ropa y sentir las arrugas de la piel del abuelete, y además se el aprecia buena gente tras ese rostro en apariencia tan serio...
ResponderEliminarun abrazo
Lo bueno es llegar con dignidad, paz en el espìritu y respeto de quienes nos preceden... rodeado del amor de nuestros seres queridos.. Una persona que ha envejecido, es un cofre lleno de experiencias y sabiduría!
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