Todavía del viaje del año pasado (alguna queda por editar). Está tomada en la catedral de Pisa. Luz y religión es como si fueran de la mano, es algo que me atrae poderosamente, esa especie de misticismo que se respira en ciertos rincones de iglesias y catedrales y que me gusta concretar en escenas aisladas.
32 mm
f/4,5
1/20 seg.
ISO 250
Y bien que has captado ese misticísmo. Figuras sólidas con matices de luz, y la presencia de los niños, ni más que haga falta.
ResponderEliminarSaludos, y un placer.
Una imagen magnifica donde se pone de manifiesto el excelente control de la luz y con el aporte humano que le otorga a esta toma de mucho dinamismo, un abrazo Angel.
ResponderEliminarDe acuerdo con Seva y además añadiría que es cierto esa atracción que en las catedrales o iglesias advierte uno cuando se fija en determinadas escenas.
ResponderEliminarUn abrazo Ángel
Este viaje tuyo es una mina, Ángel, me encanta. Al igual que otras que has mostrado, el paso del tiempo (el retrato del tiempo) es lo que yo veo en estas fotografías, en las que contrasta la quietud con el movimiento.
ResponderEliminarDel monócromo ni hablamos. Recuerdo hace mucho tiempo que decías que no te sentías cómo con él ¡hay que joerse!
Un fuerte abrazo Ángel
Normalmente en estas visitas turisticas a cualquier templo, si tienes paciencia para esperar, se suelen producir estas circunstancias tan ricas: fuerte contraste de luces y sombras, rayos de luz que se cuelan formando columnas oblicuas, y gente que con su leve movimiento devuelve vida a la toma.
ResponderEliminarY uno a rememorar circunstancias similares (que las busco, coño, las busco porque se que se dan)
Abrazote,
La paciencia comienza a ser un gran aliado.
ResponderEliminarMe alegra que os guste