Mi queridiiiiiisssimo Fontan, que diría el Gallardon, siempre nos quedará, afortunadamente.
Ësta vá dedicada al paso del tiempo, que inexorablemente va transcurriendo sin piedad. Hoy me comentaban lo despacio que pasan los años para los jóvenes y lo rápido que nos va a los, digamos, ya vamos estando "talluditos". Parece ser, Paco M. seguro que sabe algo de ésto, que la cosa vá de metas, de objetivos o de la paulatina falta de esos objetivos. No lo sé. Lo que si es cierto que al final el tiempo pasa su ineludible factura y quedamos....pos eso, mas jodíos que la Hilaria.
Sobre los hombros están todos los años que ha (hemos) vivido. Esta fotografía tuya lo representa magistralmente.
ResponderEliminarHay, también, un hilo (tenue) de decrepitud pero mucha dignidad en el rostro. Impresionante Antonio.
La percepción del tiempo es muy relativa, ya lo comentas tú, tal vez llega cierta edad somos más conscientes de ello y lo valoramos más.
Desde hace mucho tiempo tengo claro que el gran bien del que disponemos es del tiempo, por encima de otras cosas que están sobrevaloradas. Tiempo para, por ejemplo, compartirlo con los amigos en esta "santa casa" (Padré Pío dixit)
Un fuerte abrazo Antonio
Estos retratos "casuales" los bordas, con luz natural, los clavas, se aprecia la historia de este señor es su rostro ...
ResponderEliminarY que luego todo er mundo se jacte de ser feliz ..... ummh!!!!
Abrazos
Antonio, es una pasada, te puedes tirar un rato admirandola y quedarte con la misma cara del abuelo.
ResponderEliminarabrazos