Pues yo lo mismo. Hacia ya SIETE MESES, que se dice pronto, que no me acercaba a la playa a retratar. La vez anterior fué a Gueiruá, en Febrero, y casi dejo el pellejo en el intento.
El sábado, aprovechando las mareas vivas que tenemos y que coincidian bajamar y puesta de sol me animé a intentarlo. Mereció la pena.
No es que la cosa fuese de esas apoteosicas puestas de sol, pero no estuvo mal y eso si, la mar se va adentro y deja una superficie de arenas mojadas que dan unos reflejos impresionantes. Al final terminé, como siempre, mojandome y poniendome pingando...pero eso si, con una paz y una tranquilidad que no se pagan con dinero. Y los pies doloridos, de lo fria que estaba la puñetera:
y que más da que te mojaras... si lo que cuenta es el resultado, fijate en esa línea de agua y ese borde de agua con espuma... te ha quedado cojonuda.
ResponderEliminarJoeeer Antonio, está cojonuda.
ResponderEliminarEl monócromo es de lujo, esos reflejos en el primer plano están perfectos, de nitidez, de contraste...
La forma en la que la mirada se va a lo lejos...
Cojonuda, repito
Un abrazo