Debe de vivir por las cercanías ya que atraviesa el gentío que se forma en El Fontan despacito, con un pequeño baston, camino de su casa.
Es dificil de retratar por que es bajita y no queda mas remedio que agacharse un poco, con lo que el gesto -a la hora de robarle el retrato- se hace mucho mas evidente.
Pero bueno, ahí está. Aguantando como todos el tiempo que le ha tocado vivir y llevando con la mejor dignidad su humanidad por la vida. He tratado de fotografiarla con el mayor respeto posible.
Nikkor 85 mm. f/1.8 medicion puntual f/2.8 a 1/5000" ISO 200
Me gusta mucho Antonio. Por muchos motivos.
ResponderEliminarLa forma como hay que verla es un acierto, dejando todo ese espacio a la izquierda, invitándonos a verla pasar delante; esta sensación la acentúa el sujeto del fondo, tan dinámico...
La nitidez es impresionantes. Esa lente es imprescindible para el "retratista", es lo mejor de lo mejor.
El respeto, del que hablas, queda patente.
Un abrazo
Sí, la verdad que hasta el sujeto que está caminando en segundo plano a la izquierda queda muy poético.
ResponderEliminarDa gusto volver a ver ese Fontán Antonio.
que personajes... creo que ya te lo he dicho antes, es una mezcla de decadencia y de dignidad ante ésta a la vez... es lo que seremos o seran quienes lleguen a ese tramo de la carretera que es la vida... y todo a la vez muy NITIDO.
ResponderEliminarabrazos