Cuando trabajaba en esta fotografía pensaba en lo que había escrito Antonio y Paco sobre los recuerdos de la niñez en los pueblos.
Estos críos de una barriada de Split, lejos del centro turístico, jugaban ajenos al bullicio del turismo. Al verme con la cámara e intención de afotarles, reaccionaron de manera divertida. En el fondo los chiquillos, cuando se olvidan de tanto cachivache electrónico, juegan a los mismo juegos de siempre aunque piensen que son algo nuevo.
Somos una especie muy curiosa, la humana me refiero. En realidad nos diferenciamos tan poco los unos de los otros, y sin embargo nos empeñamos en levantar todo tipo de muros y fronteras.
Deambular Split fue una gozada. Es otro de los placeres de viajar a tu aire, sin prisa, descubrir sin tener en cuenta el reloj. Decidir si hoy haces la mochila o por el contrario apetece quedarse un par de días más. Así puedes perderte por barrios poco frecuentados por los turistas y disfrutar de la otra vida de la ciudad, de esa vida corriente, diaria, que no figura en los folletos de las agencias de turismo.
Y eso es precisamente lo que busco cuando viajo.
20mm
f/8
1/125 seg.
ISO 100
Que bien Angel, me gusta un casho... es purita vida, casi que se escucha la algaravía de los chavales.
ResponderEliminarY si, está como anclada en el tiempo, años atrás, cuando el entretenimiento estaba en la calle detrás de una humilde pelota, a vecs hasta de trapo... y nos lo pasabamos como los indios.
Cojonuda, si señor.
Abrazote
Que bien te lo pasas, pero es que además la fotografía, este tipo de fotografía transmite VIDA... eso es la calle.
ResponderEliminarabrazos