De vez en cuando uno encuentra la estampa que busca, el momento, las miradas y hasta la familiaridad de los personajes en su salsa.
Menos mal que uno no se corta un pelo y está allí para contarlo. La verdad es que vi al "marchante" con sus cuadros bajo el brazo y le seguí cincuenta metros hasta que en la esquina de la calle Magdalena se encontró con las "chachas" que llegaban al Fontan.
Para mi la fotografía es un dibujo racial en toda su extensión. Ya me gustaría, ojala pudiera, poder hacer con un poco mas de detenimiento y preparación, no a "salto de mata" como me veo forzado a hacer. No se si preparando la fotografía en condiciones controladas se daría esa especie de tensión entre las miradas de los adultos, rota con la expresión infantil de la chiquilla, creo que no.
Summarit 35 mm.
f/2,5 a 1/500" ISO 160
Ese objetivo a 2,5 ya procura un desenfoque precioso y un detalle acojonante en los primeros planos, desde luego es una joya, tal vez el mejor de los que compraste para la Leica ¿no?.
ResponderEliminarLa toma es perfecta, en cuanto a lo que narra y como lo hace, de cerca, como un observador, dándonos una versión de ese instante, de ese juego de miradas como tu dices. Yo tengo muy claro que este tipo de fotografía no se debe preparar, pierde toda la espontaneidad, la fuerza y esa maravillosa intrascendencia del momento. Incluso si te acercas y les pides permiso, pierde la magia, es otra cosa. La forma de hacer es esta y no otra.
Un fuerte abrazo Antonio
Ay amigo.. cuantas y cuantas veces nos habremos imaginado la escena con este o aquel personaje, pero es lo que dice Ángel, y aunque yo no entienda o practique mucha foto de calle, la razón de la misma como él dice, está en la espontaneidad... no creo que se consigan miradas así en una escena calculada, porque esa es la clave... las miradas sinceras de quienes se encuentran. Que por cierto, el cuadro es digno de decorar junto a un buen sofá de color verde en eskay y con flecos amarillos.
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