A veces, cuando no tienes una buena historia, tienes que seleccionar con mucho cuidado las palabras.
Este es el caso. La fotografía poco dice; la chica con su caballo: NADA. Otra cosa es cuando la veo y me empeño en editarla, veo su dificultad, los blancos, el contraluz, y me empeño en "revelarla" por el gusto de editarla, sin grandes pretensiones. Al final veo el resultado y me digo: "bueno, poco más se podía hacer", pero me satisface. Lo dicho: cuando no hay historia, las palabras son las que "cuentan".
Saludos a todos
50mm, 1/800, f. 7.1
La Colina de la Imágenes
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Los gallegos suelen pasar varias veces por la alquitara el aguardiente, hasta quitarle ese puntazo que diferencia al malo del suave.
ResponderEliminarMe da la impresion de que ese ha sido el método que has empleado para domesticar la "hijoputesca" hasta dejarla pulida y torneada. Fijaté si es cabrona que hasta en el negro del anorak la refleja... y pa encima el caballo es blanco, como el de Santiago....jejejjjj
A mi no me parece intrascendente, es un buen ejemplo de rescate de luces y de como pasar un buen rato sin morir en el intento.
Buen trabajo, amigo.
Como sueles decir, es la fotografía por la fotografía, la búsqueda del puro placer en el procesado; qué grandes momentos cuando ves que aquello cuaja, y salen los detalles de donde no parecía haber nada, ese momento es sublime. Me gusta la foto por lo natural y espontáneo del instante, y .... por ese pelo del caballo, proeza del revelado amigo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
jjjaaaa, lo acabab de decir ambos, el placer del revelado, duro y arduo trabajo... pero más o menos conseguido el resultado a pesar de esa dura luz.
ResponderEliminarabrazos
Al fin y al cabo unas fotografías llevan a las otras... Unas sin las otras no son nada... y al revés. Al final, todo cuenta en el continuo proceso de aprendizaje.
ResponderEliminarSaludos.