La luz intensa, el cielo azul y el tipo de piedra caliza con el que se levantó Dubrovnik, hacen de la ciudad un fulgor constante, compleja de fotografiar por los contrastes pero llena de rincones que enamoran.
24-70 mm f/2,8
24 mm
f/7,1
1/250 seg.
ISO 100
Gosto dos reflexos no chão
ResponderEliminarEsos colores tan cálidos son muy atractivos Ángel; la composición me gusta, así como la nitidez. Me llama la atención que la distorsión es muy baja en esa lente (una joya, carísima, por otra parte) pero vale lo que cuesta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Efectivamente es una lente cara, pero para viajar es cojonuda, un buen todoterreno, tal vez, demasiado pesada.
ResponderEliminarMe alegro que te guste
Menudo calor en la Stradum. Las piedras parece como si resbalasen.... y lidiar con el fotometro se convierte en tarea complicada.
ResponderEliminarDesde esa parte se puede encuadrar el Palacio Ducal, desde el pasaje como en forma de tunel de la derecha te encuentras con el sol de frente y no hay forma. Salvo que lo retrates por la mañana bien temprano....
Una maravilla Dubrovnik....